viernes, 4 de mayo de 2012

FanFic Accidentalmente (YUGIOH- S&J) Cap 9


Capitulo 9        Consumación


Mi primer noviazgo… si me preguntaran acerca de él en el futuro probablemente diría que fue de lo más tormentoso, pero también de lo más lindo…

Aun a veces no puedo creer que lo esté llevando de esta manera tan tranquila, y es que aun sigo saliendo con mis amigos, y eso incluye a Mokuba y a Tristan… pero es que cuando estoy solo o con mis amigos me puedo sentir la peor basura del mundo y con todas mis fuerzas desear que nunca nada de  esto hubiera pasado, puedo decir que terminaré con Kaiba y que el amor se me va a pasar, pero en cuanto él me mira con sus ojos azules me transformo, olvido lo mal que estoy y corro a su encuentro de inmediato. Desde que nos besamos la primera vez soy incapaz de no hacerlo por lo menos una vez al día, en el receso, saliendo del trabajo o en cualquier ocasión en donde nadie pueda observarnos e incluso cuando nos vemos para una cita terminamos haciendo nada en su departamento con tal de no preocuparnos y besarnos todo lo que nuestra respiración pueda soportar.

Todo eso ya no es nada nuevo para mí, estoy más que acostumbrado, (¡ja! Si mi yo pasado escuchara esto se iba a morir de un infarto) pero hay algo nuevo…el fin de semana pasado quedamos en ver películas de nuevo en su apartamento, debido a que Kaiba aun no puede terminar de ver completa esa importantísima saga de Harry Potter que reside en su estantería; como siempre él me recogió, fuimos por un par de bocadillos y nos dirigimos al lugar. Tardamos un buen rato para preparar nuestros aperitivos, ya que al señorito se le antojó empezar a jugar a tirarme frituras mientras intentaba cortar una deliciosa jícama, así que comenzamos una guerra campal de bolitas de queso por toda la cocina, tirándonos desde un lado de la barra hacia el otro, en fin, que al cabo de un rato terminamos con la saludable fruta de botana solamente. Estuvimos cerca de una hora viendo la película cuando tomamos un descanso pues yo quería ir al baño y Kaiba necesitaba agua; para cuando salí, mi novio ya se encontraba sentado de vuelta frente al televisor y al verme llegar, me sonrió de esa forma en la que solo él sabe hacerlo… sabía perfectamente lo que quería… lo que ambos queríamos…

Tomó mi mano antes de llegar de lleno con él jalándome hasta agacharme a una distancia prudente para que él se estirará y lograra besarme desde su lugar, lo siguiente que hice me tomó por sorpresa hasta a mí, bueno, solo ya que lo pensé bien; me subí a gatas al sillón dejando sus piernas entre las mías y ya que me encontré pegado a su cuerpo me senté sobre su regazo, todo eso sin dejar sus labios. No sé cómo describir lo que sentía, pero no era nada parecido a algo que conociera, en mi estomago había extrañas cosquillas, toda aquella parte de mi cuerpo que estaba en contacto con el de Kaiba tenía una temperatura elevada y mi entrepierna me decía casi a gritos que necesitaba de mas contacto, y no era precisamente mi mano lo que tenía en mente… 

No voy a mentir, me sentí tan espantosamente bien que me asusté y me separe de él de inmediato, pensé que Seto protestaría o me preguntaría algo, pero en vez de eso solo me jaló de la cintura hacia un lado y me sentó junto a él, como estábamos justo antes de la interrupción, así, ¡como si nada hubiera pasado!

¿Sería yo el único que manifestó esas sensaciones extrañas?

El resto de la noche me mantuve quieto, aunque abrazado por él, aquellos síntomas no volvieron… sin embargo, cada vez que nos besamos hay algo que aun me molesta, bueno, no es que me moleste exactamente… es como… algo que siento que hace falta… algo más…

Otra cosa que ha cambiado es que ahora en vez de escaparnos en los recesos, lo he convencido de venir con mis amigos y tomar el almuerzo con nosotros, aun hay roces entre él y Tristan, pero Kaiba se ha ganado muy bien el premio al mejor novio del año ya que no me hizo escoger entre él y los chicos, en general parece que fue recibido bien, principalmente por Yugi y tea quienes parecen tener una especie de adoración hacia la pareja que hacemos. Como quien dice todo marcha sobre ruedas, creo que todos comienzan a aceptar lo que pasa e incluso mis compañeros de clase han aceptado el hecho de que no nos matemos el uno al otro, creo que el único pequeñísimo pero muy inconvenientisimo problema sigue siendo Mokuba, mi más grande preocupación últimamente, y bueno, mi padre, es decir, no es que no acepte mi relación con Kaiba… bueno, la verdad no estoy seguro si la acepta o no…

Después de aquella noche que me negué rotundamente a que arruinara mi felicidad, temprano en la mañana como era obvio no me dejó ir tan fácilmente sin explicarle como estaba mi relación con el educado de mi novio…

Flash back

Me había levantado tan feliz ese día, si, aun estaba en la nube más alta, así que realmente no me acorde mucho del detalle de contarle a mi padre, me levante sorprendentemente temprano con el suficiente tiempo como para desayunar, ¡oh inocente de mi!; mi aura rosada y yo estábamos en la cocina preparando el desayuno cuando mi querido y aun molesto progenitor entró, con una mirada como se asesino en serie, al verlo casi tiro mi leche con chocomilk al suelo del susto que me pegué… y lo más raro… aun estaba muy tranquilo, enojadísimo, pero no decía nada…

- ¿Ahora si está listo para contestar las preguntas de su padre señor…?- rompió el silencio ya que estaba sentado en la mesa haciéndome dar un pequeño salto en mi lugar. Sabía que era sarcasmo, pero no sabía si debía contestar a eso o no; veamos, está hablando en sarcasmo, si le digo que si, se enojará, si le digo que no, moriré al instante y si me disculpo, creo que la conversación lograra tomar el curso en el que pretende ir… si, es obvio, le pediré perdón por lo de ayer…

- siento lo de ayer papá…- y si agachó la cabeza, se verás mucho más convincente, porque la verdad, arrepentido, arrepentido, pues no estoy- es solo que… muchas cosas pasaron ayer- no pude evitar sonrojarme por recordar. Me padre pareció algo incomodo con la acción por que salió de su postura de enojado a una de sorprendido y hasta algo asustado.

- primero que nada, dime la verdad…- me dijo sentándose frente a mí en la mesa, supongo que la noticia de que Kaiba era mi novio no la quería oír parado por miedo de azotar contra el suelo de la conmoción- ¿estás saliendo con ese chico…es, es tu novio o algo así?- en serio padre, si no ibas a soportar la noticia, ¿para qué me preguntas? Pero está bien, si es lo que quieres escuchar…

- si papá, estoy saliendo con él…- sus ojos se abrieron mucho justo antes de esconder su cara entre sus brazos recargándose en la mesa, como cuando uno duerme en un mesa-banco; si, padre, tu preciado hijo, tu varón, tu niñito de oro, el preservador de tu legado y de tu apellido sale con otro hombre… y sabes que… yo soy la mujer en la relación, pese a lo mucho que me niegue aceptarlo… pero me estoy desviando del tema, la tortura es para mi papá el día de hoy…

- ¡pero cómo!- exclamó, pero no parecía estar diciéndome a mi- ¿Por qué..?- hay padre, quieres que te explique… pues verás un día descubrí a mi cuñado queriendo meterle mano a mi lindo y sexy novio mientras estaba semidesnudo en su estudio, y queriendo ayudarlo me metí en el lio este de pretender que soy gay, pero a que no adivinas que me enamore de mi novio y ahora estoy viendo rosa hasta tu fea barba de lo menso que me dejó la flecha de Cupido… ¡pues no! Se dice el pecado, más no el pecador, y tampoco se cuenta como exactamente se realizó dicho pecado…- yo pensé que… ¡pensé que solo con Serenity tendría que preocuparme por los chicos que venían a casa!- se removió los cabellos de la frente con frustración- y ahora ¡esto! Debí imaginarlo… con ese amiguito tuyo siempre cerca…- ¡hey! Soy el único que nunca se dio cuenta de lo de Tristan, me siento consternado…- además eres siempre tan inocente, pero eso no quita que ambos sean hombres… y eso es aun más preocupante…- ¿de qué está hablando?

- papá… calamite, verás no es tan grave…- inútilmente intente calmarlo.

- ¿Cómo quieres que me calme? La preciosa castidad de mi hijo…- pareció soltar unas lagrimitas… se acabó, esto es demasiado dramático hasta para él…

- no exageres papá… además ya viste a Kaiba, el es todo un caballero…- en ese momento me volteo a ver casi con reproche.

- ¿te atreves a decirme esto jovencito cuando no llegaste la noche pasada?- ho, bueno, olvidaba completamente ese hecho por la felicidad que tenía debido a que me volví más cercano con Seto.

- pero ya te dije que no paso nada… solo nos quedamos dormidos- estaba sonrojado, pero no era porque mentía, si no porque no podía decirle lo de los besos…

- ¡no me mientas Joseph Wheeler!- no miento, solo que tengo vergüenza de contarle a MI padre que estuve besuqueándome con mi novio… tampoco creo que quiera escucharlo…- dime la verdad…- está bien, pero no responderé por cualquier paro cardiaco, coma o infarto que le pueda dar..

- está bien… te diré lo que paso, pero no me interrumpas…- pareció conforme con lo que dije así que suspiré y proseguí- bueno, no hace mucho que somos novios- valla, parecía muy incomodo con la palabra “novio” saliendo de mi, jejee la usare cuando quiera zafarme de algo- y como Kaiba es el primero con quien tengo una relación fuimos despacio, así que esa noche fue la primera vez que nos besamos… y pues, perdimos la noción de tiempo y nos quedamos dormidos…- terminé como tomate, pues como no, contándole semejantes cosas tan abiertamente.


- ¿es… es todo?- pues si… ¡porque todos tienen esa reacción! ¡Que más esperan! ¡Es mi primer novio y llevamos muy poco saliendo! El maldito viejo hasta estaba aliviado de oírme decir eso- ¿y anoche porque estabas tan feliz?- bueno eso…

- es que…- o puedo creer lo fácil que es hacerme enrojecer…- ayer me recogió en el trabajo y me dijo que no podía esperar al otro día para besarme otra vez…

- ¿y eso es todo?- pero qué demonios pasa con esta gente de ahora, asentí con mi cabeza y el pareció buscar mentiras en mí, pero lógicamente no era el caso- ¡vaya! De verdad es todo…- pues sí, que esperabas- me siento un poco más aliviado- luego me miró con fiereza- pero aun así… como ambos son hombres, estoy seguro que “eso” no tardará en pasar, y amenos de que estés completamente seguro de que este pequeño bastardo no es un infeliz y es el hombre con el cual vas a permanecer el resto de tu vida como una sana pareja gay- ¿de qué demonios está hablando… “eso”… como el payaso?- te prohíbo rotundamente que le des tu trasero fácilmente a menos de que tengas una especia de anillo o algo que pruebe que no te dejará… ¡nos entendemos!- mi… ¿mi trasero?… habla de… ¡whaaa! “eso” es “ESO”, como se atreve a decirme algo así, ¿anillo?¿ sana pareja gay?¿pequeño bastardo infeliz? Este viejo es demasiado paranoico y protector, si asi es conmigo que no me puedo llegar a embarazar no me imagino lo negras que se las va a ver Serenity cuando tenga novio…

- ¡papá! ¡Qué tonterías estás diciendo! De veras que ya se me quitó el apetito de tantas cosas que hablas- deje la mitad de mi desayuno y tomé mi mochila- me voy a la escuela antes de que comiences a marchar por los derechos gays para consentir el matrimonio entre personas del mismo sexo…- si, ya me tendría comprometido con Kaiba si fuera por él…

**fin de flash back***

Me marche de ahí con un escalofrió peor que el que me dio aquel día que volví a casa en la mañana, en serio que al viejo de mi padre no se le puede entender fácilmente, es por eso que no se si está de acuerdo o no con lo mío y de Kaiba; desde entonces “eso” estuvo rondando mi cabeza, y más con las sensaciones nuevas que he experimentado, los chicos me han dicho que es evidente que quiero estar más cerca de él muchas veces y que debo ser más cuidadoso con mis movimientos… ¿será cierto?... pero como no, lo dicen muy fácilmente, nadie se imagina lo que es ser un chico promedio como yo, con mis problemas y mis emociones a flor de piel, con este nuevo sentimiento y con una novio que se cae de bueno como lo es Kaiba y es que verlo mientras se está cambiando en el vestidor no es algo que me pueda negar a hacer, y como he visto un par de veces, no soy el único que le parece sexy la manera en que cambia del atuendo de deportes al uniforme de la escuela… cosa que no me agrada mucho que digamos… malditos mirones…

Pero como no soy celoso, me conformo con saber que ellos ni en sueños obtendrán lo que yo tengo ahora, es más, justamente en estos momentos estoy esperando a que venga por mí, mi horario de trabajo acaba a las 6 y si no me equivocó siempre que viene llega diez minutos antes, ya se me hizo costumbre asomarme por la ventana del lugar casa vez que escucho una moto pensando en que pueda ser él. ¿Que si soy cursi? si, ¿Qué si me importa? No, la verdad es que mi yo interno que peleaba arduamente con la idea esa loca de que “el ricachón y yo jamás seremos ni siquiera amigos” murió la noche que Kaiba me vino a buscar la primera vez al trabajo, no digo que no me dé pena decirlo en voz alta, pero por lo menos para mí mismo es inútil si quiera inventar excusas…

Salgó como siempre puntual y me dirijo donde él se encuentra esperándome, con esa misma expresión de siempre que me invita a plantarle un beso…

- buen trabajo…- me dice antes de tomarme de las dos manos y acercarme más a su persona, espera un momento como probando cuanto resisto el verle a los ojos, lo cual no sería mucho si no fuera porque exactamente cuando estoy perdiendo la paciencia se digna a acariciarme con esos labios de los que me he vuelto adicto…- ¿estás muy cansado o tienes tiempo para ir por uno de tus favoritos?- sabe cuál es mi respuesta, ¡para que la juega! Desde la cita en el parque de atracciones él sabe que los helados de chocolate brownie son mis predilectos y de vez en cuando me lleva por uno al salir del trabajo…

- ¡claro que quiero ir! ¡Eso ni se pregunta Kaiba!- nos subimos a su vehículo y nos dirigimos al lugar prometido, donde se le ocurre pedir un solo helado y eso es solamente para molestarme, le gusta quitarme de mi comida y “pelear” por ella mientras me abraza desde atrás por la cintura, hay veces que solo me observa y se recarga en mi, esos días es cuando verdaderamente está cansado, le he dicho que no venga por mi cuando eso sucede, pero para que nos hacemos tontos si eso es un detalle (que además de cursi al 100%) es el tipo de cosas que a uno le gusta que tengan sus novios, así que tampoco insisto, ¡súfreme pingüinito!

Al final de nuestras mini citas, siempre sucede algo curioso, una especia de sentimiento incomodo se apodera de mi, como resintiendo la llegada de su partida, es tonto, de hecho es ridículo, es como si no supiera qué hacer, aunque sé que lo veré al siguiente día en la escuela, y que probablemente después de trabajo también, tengo esto que me desespera, quisiera saber si soy el único que lo siente o si Kaiba también, pero mi orgullo que por milagros del destino sigue con vida en un sitio muy recóndito de mí, no me deja peguntarlo…
Y si, aquí estamos frente a mi casa, doy un suspiro, pues se que es el fin del día, me acomodo la mochila y me bajo de la moto para darle nuestro último beso del día cuando…

- ¡whaaaaaaa!- justo cuando iba bajando, y por culpa de mi falta de capacidad para poner atención a lo que hay a mi alrededor cuando estoy bien metido en mis pensamientos,  puse mi pierna junto al escape de la motocicleta lo que me hizo quemarme de una forma muy dolorosa, pero mi caballero sin armadura reacciona como siempre de inmediato.

- ¿estás bien?- me dijo justo después de que interrumpiera mi caída de nalgas al suelo, por suerte, porque ya casi podía sentir es concreto en mi precioso traserito.

- sí, solo me quemé con el escape- le confieso mi torpeza; y como siempre Kaiba-el-novio-perfecto-con-en-el-cual-jamás-podre-romper hace acto de aparición, apaga su vehículo y sin pedirme permiso de ningún tipo me levanto como una damisela en peligro- ¡qué estás haciendo!!Bájame!- le exigí, pero, recordemos, él es tan o peor de testarudo que yo.

- pues te llevó dentro de tu casa, eso hago- trate de patalear para que me soltara pero esa maldita herida traicionera me impidió continuar con un berrinche porque en cuanto moví el pie, sentí que le aire que me rozo era como jugo de limón cayendo sobre mi quemadura, sacándome un quejido que evitó que cualquier queja infantil e infundamentada, como el hecho de ser un hombre a pesar de todo, fuera inútil e inservible. Lo deje ser, que mas daba, esa cosa de verdad que dolía.

Al entrar a mi casa y llamar a mi padre, resultó que el viejo no estaba y quien sabe hacia dónde se había ido, sentí un gran alivio, porque sería muy incomodo tener a Kaiba y a mi padre en una misma habitación, quien sabe qué clase de preguntas o comentarios saldrían de esa reunión… Kaiba me curó y me mimo (como si eso no lo hiciera siempre), y mientras me estaba poniendo la venda en mi herida comencé a sentir de nuevo esas cosquillas… para empezar, la posición era demasiado comprometedora, pues mis piernas estaban sobre el regazo del concentrado doctor Kaiba que cuidadosamente hacía su labor, seguro que si mi padre entrara en este momento haría un apocalipsis de ello. Imaginen mi perspectiva, al atractivo de mi novio con una expresión seria, concentrado únicamente en mi pierna derecha, con una mano entre mis dos piernas y la otra del otro lado de una de ellas, de vez en cuando rosándome la piel que tenía expuesta por haberme subido los pantalones, de verdad, ¡el dolor hasta se me había olvidado! Y es que cuando has besado esos labios y te han acariciado esas manos, no puedes pensar en otra cosa cuando estas tan cerca, así que con todas las ventajas que me da ser su novio, me aventure y me acerque todo lo que pude a él haciendo mi tronco hacia el frente, al darse cuenta de mi cercanía se sonrió sin mirarme, termino el trabajo pero su mano izquierda no abandonó mi extremidad; levantó su vista hasta chocar con la mía e inevitablemente me besó…

Es increíble el alboroto en las emociones que me puede causar el solo estar así con él, y aunque descaradamente me acaricia toda mi pierna realmente no me interesa detenerlo… el solo sentir sus manos sobre mi piel, recorriendo toda la extensión a su paso, incluso sobre mi ropa, me hace perder el sentido; no sé si soy un enfermo, pero el hecho de que en cualquier momento mi padre puede entrar por la puerta que está justo frente a nosotros me da una sensación de peligro que me resulta agradable y sugerente… ¡no se desde cuando Kaiba me pegó esas palabras, al diablo con las vergüenzas, la palabra perfecta es “excitante”… es endemoniadamente excitante!

Realmente, cuando uno comienza a pensar con los “pantalones”, solo le interesa esa área en específica de la anatomía que cubre, pues en lo que yo pensaba en las posibilidades de ser descubiertos y de lo emocionante de toda la situación, un pequeño hilo de consciencia llegó a mí justo al verme separado del delicioso beso que nos estábamos dando antes, y me trasportó a la realidad percatándome exactamente de lo que estaba pasando. Me encontraba acostado en mi sillón, Kaiba estaba sobre mí, con su mano en mi pierna acariciándola lentamente y la otra evitando que su peso callera completamente sobre mí, ahora besaba hábilmente mi cuello; en cuanto a mí, bueno, definitivamente no soy un santo, pero si me sorprendí al encontrarme con que mis manos estaban ocupadas, una en el cabello de mi novio y la otra en su espalda baja… muy baja… pero eso no era todo, me retorcía de una manera que me resultaba sumamente cómoda principalmente en el área donde mi entre pierna y el muslo de Kaiba hacían fricción… me detuve asustado de mi mismo y de mis acciones, pero Seto no… así que antes de que pudiera protestar, un cosquilleo proveniente de mi cuello y el hecho de que empujara su muslo mas contra mi persona, me hizo reaccionar con un pequeño gemido que ahora me hizo entrar en pánico, por lo que rápidamente desde los hombros empuje al cuerpo sobre mí, cortando los besos y el calor…

-no, espera… aquí no…- le dije avergonzado de mi mismo, aun mas por tenerlo justo cara a cara.

- lo siento…- me dijo con la respiración agitada. ¿Pueden creerlo? Yo no… lo mire directo a los ojos y lo note, estaba muy arrepentido, pero no era lo único que podía ver en ellos… había deseo, sus lagunas azules estaban completamente nubladas y su respiración parecía ser imposible de controlar. Me mordí el labio al verle ¡como podía ser así! Yo lo “calentaba” de ese modo y luego lo paraba de repente solo por tener vergüenza y entonces el solo decía
“lo siento” como si tuviera la culpa de algo…
Me di cuenta entonces… el que lo seducía y lo dejaba era yo… Kaiba en ningún momento intento nada de esto antes conmigo, siempre era tierno, tal vez yo creía que era el único que sentía cosquillas, pero es posible que desde antes yo le provocara todas estas sensaciones y él se controlaba justo como ahora… entonces entendí lo que mi padre dijo “ambos son hombres”… es normal que él lo quiera y también que yo lo quiera, entonces ¿Por qué demonios me estaba comportando de esa manera, como decía Duke, peor que una mujer virgen? era absurdo, igual que él, yo no podía estar ni un segundo esperando más, pero lo retrasaba… entonces volví a ver sus ojos llenos de ese deseo que no podía esconder y me vi a mi mismo reflejado… igual que él, en mi reflejo vi una situación similar…

Se disponía a quitarse sobre mí, pero antes de que se alejara mas lo tome del brazo… ¡al demonio, no veo por qué no hacerlo!- aquí no… vallamos a mi habitación…- estoy seguro de que me sonroje en ese momento, mientras tanto él pareció sorprendido y quiso materializar algunas palabras, probablemente un “¿estás seguro?”o un “¿está bien?”  Pero lo detuve cuando rodee su cuello con mis extremidades. Me levantó en sus brazos y nos dirigimos a mi habitación…

Me colocó cuidadosamente sobre mi cama tal y como esperaba, y lentamente todo comenzó otra vez… pero esta vez mas tímido y más lento… el beso que me dio lo sentí como el primero. Cursi pero cierto y pésele a quien le pese…

Que si tenía miedo, si, que si quería parar esta locura, tal vez, que si iba impedir que sucediera, eso sí que no… la verdad es que estaba temblando, no estoy seguro si era por miedo o por esas cosquillas que antes estaban alojadas en mi estomago y que ahora estaban por todo mi cuerpo, pero también me encontraba ansioso… podía escuchar mi corazón latir aceleradamente con cada prenda que veía volar, a veces mía, a veces de Kaiba y casi me caigo de la cama cuando vi que la camiseta interior desmangada de Seto fue enviada al suelo y me dejó ver todo lo que estaba escondido… ¡no soy un pervertido lo juro! Pero se me detuvo el corazón cuando vi esa figura, recuerdo haberlo visto de espaldas en su estudio, aquella vez que descubrí a Mokuba, pero verlo de frente y sobre mí, con una que otra gota de sudor resbalando por cada coyuntura de su pecho y abdomen, no se compara en lo absoluto con la pasada imagen. Me ruborice hasta las orejas seguramente, su cuerpo era como el de un maldito modelo o artista y yo simplemente era un chico con cuerpo y complexión normal; me dio vergüenza, sentí inseguridad de mi cuerpo, sentí que no era suficiente para quien se encontraba frente a mi… ¿Qué tal si al verme se daba cuenta de que soy poca cosa para él y me deja?

Inútilmente me intenté cubrir con algo, pues en mi cama no había nada a la mano, es más, la sabana bajo nosotros estaba tan revuelta que casi estaba en el suelo; demasiado tarde reaccioné, pues Kaiba había subido mi última camiseta dejando descubierto mi abdomen provocándome un momento de placer que no me dejó protestar en contra de que removiera mas de mi ropa, hábilmente me la quito completamente y la aventó de nuevo hacia algún rincón de mi habitación, avergonzado cerré mis ojos, era demasiado tarde, pero escuché algo proveniente de Kaiba que al parecer se detuvo al verme semidesnudo…

- wow…- exclamó, me quedé de piedra ¿a qué se refería con eso? Me arme de valor y abrí mis ojos apuntándolos a su dirección y me encontré con su mirada concentrada en mi ordinario cuerpo, parecía anonadado conmigo… mire hacia mis lados, no valla ser que algo super interesante estaba a mi lado y a eso se refería, pero su hipnotizada mirada solo se dirigía a mi; estaba contento, apenado, pero eso no quitaba, para Kaiba yo era un “wow”, realmente creí que se decepcionaría de mi y mentiría y diría algo como: “eres hermoso” (sí, he estado estudiando mangas yaoi), o que lo diría solo por decir, pero su sincero “wow” me mostró que mis inseguridades son muy tontas como siempre y que Kaiba realmente está en el mismo nivel que yo…

¿Cómo se mide el amor Kaiba? ¿Cuántos niveles existen? ¿En qué nivel estamos ahora? ¿El 7 de 10, el 9 de 10? No sé, pero hasta el 10 de 10 se me hace poco en este momento…

No sé si es normal pensar cursilerías mientras a uno le están besando el pecho de una manera deliciosa, pero no puedo evitarlo, porque con solo pasar mis dedos por ese castaño cabello me hace pensar que los elefantes son rosas realmente, y con cada huella que deja sus labios en mi piel me siento que estoy sobre una nube de algodón… ¿no debería ser mas pervertido al respecto? Tal vez mi cabeza siempre será una sentimentalista, pero mi amigo el de allá abajo no es igual, creció desde que estábamos en la sala y descaradamente no he parado de intentar pegarlo siempre al cuerpo caliente sobre mí, lo cual no es bastante problema, pues no soy el único que está despierto, desde hace rato que puedo sentir la hombría de mi dulce pingüino muy cerca de la mía…

Y como caída del cielo, su mano se posó en mí… respire hondo una y otra vez, tratando de evitar que salieran esos sonidos extraños de mi garganta, pero era casi imposible. Sentir sus caricias aun y cuando estaban por sobre mis bóxers, me estaba volviendo loco al grado de retorcerme como si algo bajo de mi quemara, y ya había algo que humedecía mas y mas esa zona. Tarde más en decidirme a soltar mis gemidos que en lo que Kaiba se deshizo de mi pantalón, pero hubo algo, un lapso entre mi total desnudez y de lo anterior, no sé si fue porque estaba embriagado por la excitación o si realmente el hizo una pausa; Kaiba se puso frente a frente conmigo y me miró de una forma profunda, respiró una vez profundamente y me rozó con su nariz…

Eso fue todo, pero fue suficiente para perder el control, estaba como fuera de mi mismo, no me importó soltar mi voz, estirar mi cuerpo, rozar la piel de Kaiba con la mía, disfrutar el sendero húmedo que dibujaba su lengua por mi pecho y su mano alrededor de mi erección, en ese momento solo me quería fundir con él. Varias veces lo jale de los cabellos buscando que me besara en los labios y si protesta alguna recibía lo que quería, estaba llegando a mi limite, y si Kaiba no se apresuraba seguramente me vendía sin siquiera haberlo hecho bien; había estudiado acerca de cómo lo hacían los hombres, y aunque estaba muy asustado por ello, me mentalice que pasaría desde que le dije que viniéramos a mi habitación, también me prepare mentalmente para el dolor físico, pero nunca me preparé para que se sintiera tan bien que no me podría contener…

-Kaiba…- le dije apenas, entrecortadamente y entre suspiros indicándole que ya no resistía ni un segundo más. El se levanto en busca de algo, y como yo de antemano investigue, sabía que era eso, así que le apunté hacia uno de los cajones donde el lubricante se encontraba (ya lo tenía, no fue comprado de ningún modo pensando en que esto podía pasar, ¡enserio!), lo sacó y volvió conmigo. Lo abrió y me tomó de la mano.

- llena tus dedos con el- por supuesto que no lo obedecí, ¡acaso planeaba que yo solito me metiera mis deditos por “ahí”! lo había visto en mangas, pero ¡no significaba que yo querría hacerlo por mi mismo!

- yo… yo…- el me sonrió de manera tierna ¡qué diablos estaba pensando!

- es tu primera vez ¿no?- claro que si, por eso pensé que comprendería que yo no puedo hacer tal cosa; le asentí efusivamente- no quiero que sea una mala experiencia para ti, y estar “abajo” es doloroso, por eso solo por esta vez dejaré que tu estés “arriba”- ¿estaba entendiendo bien lo que dijo? ¿Él quería el rol pasivo para que yo no sufriera?- sabes a lo que me refiero ¿verdad?- De nuevo asentí, sabía, pero ¿era posible? Yo estuve consciente de que la mujer en la relación era yo, desde el inicio, hasta mi padre lo dijo, el me trataba como su “novia”, pero ahora tiernamente me dice que cambie de roles…

-Kaiba… yo- tengo miedo de hacerlo la verdad, de hacer ambos roles- ¿estás seguro? ¿Lo has hecho antes?- tal vez la realidad es que Kaiba es pasivo…

- la verdad es que no lo he hecho antes, siempre soy activo, pero no quiero que la primera vez que lo hagas sea muy dolorosa, así que, solo por esta vez…- siempre es así, tratando de protegerme ¿Qué voy a hacer con todo lo que me haces sentir Kaiba? Escuchar esas palabras me hace avanzar más en el camino para enamorarme más de ti.

- Kaiba yo, realmente, estoy muy asustado- seré totalmente sincero con él, porque quiero llevar esto hasta el final- nunca ni siquiera había estado desnudo en mi cama con otra persona, o me habían besado como tú lo hiciste, al principio quería salir huyendo- parece contrariado, pero es difícil ordenar mis palabras y decirlo adecuadamente- y cuando yo te dije que viniéramos aquí me preparé para esto y decidí confiar enteramente en ti, tú me hacías sentir tan bien y yo no hacía nada por ti, eso pensaba. Aun tengo miedo, pero confió en ti. Yo no sé cómo conducir esto, no me siento preparado- yo solo quiero que lo hagas tú, es algo egoísta, pero eso quiero- yo… yo… solo quiero que tú me abraces, me beses y me hagas sentir bien…

- está bien, entiendo, pero...

- aunque sea doloroso- lo interrumpí antes de que siguiera insistiendo en lo mismo- quiero que tú me lo hagas…- ¡por ra! No puedo creer que me hizo decir esas palabras, estoy como un tomate. Se sonrió de nuevo, se acercó lentamente y me besó.

- de acuerdo, pero si te duele mucho y quieres detenerte, dímelo- es demasiado sobre protector, pero antes de que pudiera protestar, volví a sentir sus expertas manos en torno a mí, trasportándome inmediatamente donde nos habíamos quedado. Me estremecí cuando sus manos tocaron mi trasero, pues solo podía significar que iba a comenzar. No paró ni un segundo de estimularme y besarme, distrayéndome de la fría sustancia viscosa que estaba en sus dedos…

Un beso…

Su lengua…

Su sabor a chocolate…

Eso es lo que pensaba antes de sentir algo raro dentro de mí, sin querer me había perdido de nuevo en ese beso sin darme cuenta del dolor de un dedo suyo que se instalo en mi interior, me había quejado un poco, pero no fue tan malo como pensé, sentí el segundo y el tercero, algo incomodo, pero que al instante podía olvidar por este recurrente placer que me embargaba mis sentidos. Me giró haciendo que quedara dándole la espalda, abrazo mi cintura poniéndome a gatas de manera muy vergonzosa, pero no pude protestar…

Era doloroso. Lentamente se abrió paso en mi, sacándome lagrimas de los ojos, fue muy diferente a sus dedos… estoy seguro que grite del dolor, en verdad que los malditos dibujos mienten acerca de muchas cosas… sin embargo hubo algo que me hizo sentirme un poco mejor, los pequeños besos que eran depositados en mi nuca por un Kaiba muy ansioso, escuche su grito al entrar en mi, y hasta ahora no había soltado ningún gemido, debe estar usando todo su autocontrol para permanecer quieto ahora.

- ¿estás bien? – pronunció a duras penas. La verdad es que no, me duele como el demonio y estoy más asustado que al principio, pero ya estamos aquí y no pienso retractarme, así que le asentí- si te duele mucho…- de nuevo con eso… negué con la cabeza.

- está bien, puedo hacerlo- tengo la esperanza de que en algún momento esto mejorará, espero que en eso si tengan razón esos libros de demonio.

- me moveré cuando estés preparado- ¿y cuando se supone que será eso? ¿Cómo se que estoy listo? ¿Cuando no duela o cuando sienta que el dolor ya no sube? además, estaba cansándome de la posición, mis brazos y piernas ya estaban temblando- relájate un poco…- es fácil decirlo cuando no eres tu quien está en peligro de caer de bruces al suelo. Y pareció como si me hubiese escuchado, porque con uno de sus brazos me rodeó completamente la cintura, sosteniendo todo mi peso en ese fuerte abrazo, pero no fue eso lo único que consiguió; ese brazo había quedado demasiado cerca de mi entrepierna lo que hizo nacer un escalofrío en la zona de mi abdomen que se propagó por todo mi cuerpo para después contagiar a Kaiba.

La señal fue más que clara, estaba listo para continuar. Comenzó lentamente y fui sintiendo como todo mejoraba, era bastante extraño oír esas voces salir de nuestras gargantas, sentir su sudor sobre el mío y su miembro dentro de mí, golpeando en un sitio que me hacía temblar. No sé como estando de espaldas a él logramos besarnos, pero eso es lo último que recuerdo antes de haberme corrido en su mano, caer en mi almohada y respirar un par de veces de manera profunda antes de quedarme dormido.


***


Desperté repentinamente, pues, en qué diablos estaba pensando al quedarme dormido después de “eso” y del hecho de que ¡estábamos en mi propio cuarto! Me levante lo más rápido que pude para cerciorarme de que mi padre no estuviera cerca, pero una punzada en mi pequeño traserito me llevó hacia mi cama de nuevo.

-¡auchhhhhhhhhh!- exclame sin poder evitarlo. Ok, eso también sabía que pasaría.

Miré hacia mi alrededor: estaba sobre mi cama, la cual, a parte de la cobija con la que me tapaba, estaba perfectamente tendida, no había ropa en el suelo, todo parecía en su lugar, estaba vestido y no había ningún rastro de Kaiba… es acaso que ¿me lo había imaginado todo? ¿Realmente pasó?

No, el dolor en mi trasero debe ser real…

- despertaste…- me voltee hacia donde la voz me llamó, mi ahora vestido novio salía de mi baño… un miedo se apodero de mí, de que nada había sido real- ¿Cómo te sientes?- pues algo confundido si me lo preguntas ¡cómo es que pude imaginar tal cosa! Dejare de leer esas historias YAOI, ES UN HECHO.

- bien… - a ver, como me saco de dudas y le pregunto… “¿Kaiba tuvimos relaciones hace un momento o solo lo soñé?” no, era agresivo y vergonzoso o que tal algo mas indirecto como “¡hay! me siento cansado ¿tú no?”, bueno no, eso fue bastante tonto de mi parte. De tanto pensar no me había dado cuenta de que la cara de mi novio era un poema, estaba como entre incomodo y feliz.

- emm… me tome la libertar de recoger todo- ¡aja! Al parecer no lo soñé- será mejor que me vaya, antes de que tu padre llegué- sí, me parece muy sensato, pero ¿por qué será que el ambiente es algo incomodo? Al moverme para tratar de despedirme me regreso otro dolor, pero esta vez era el de mi pierna, había olvidado que estaba ahí esa quemada de segundo grado que por inteligente me hice con la motocicleta- está bien, quédate acostado, tu herida se abrió de nuevo porque mientras…bueno, se cayó la venda antes, pero ya te la puse de nuevo- ¡no puedo creer que se haya sonrojado! ¡Es lo más lindo que he visto en toda mi vidaaaa! ok, cálmate Wheeler, deja de portarte como fan de tu novio, supera tu SEA, supéralo…

-gracias…- estoy tan nervioso que no ha salido más de una palabra de mi desde que me desperté. Bueno, si las palabras no salen, por lo menos espero que con mis acciones le haga entender que lo quiero. Estire mis brazos, e inmediatamente relajó su expresión, se me acercó y me besó como se lo pedía- vamos, mi padre no tarará en llegar- le dije al terminar el beso, pero no contaba con que en ese momento el sonido de la puerta anunció la llegada de quien más temíamos…- ¡no puede ser! Es mi papá, vamos sal de aquí rápido- me importó un bledo mis dolores, escuchaba como mi papa subía las escaleras así que empujaba por la espalda a Kaiba trataba de que se fuera por mi ventana.

- Joey, creo que ya sabe que estoy aquí- de que está hablando aun hay tiempo.

- no, aun puedes escapar- le dije empujando en vano, porque él es más fuerte y no se movía ni un centímetro.

- bueno, mi moto está afuera, mi chaqueta y mi casco en tu sala y mis zapatos en la entrada, estoy seguro de que se dio cuenta- es cierto, estamos perdidos… ya me quedé sin novio y sin juventud, soy hombre muerto…- siéntate- me dijo mientras me empujaba para que le obedeciera, después se agachó y me subió mi pantalón ¿Qué demonios estaba pensando? ¡Mi padre estaba a punto de descubrirnos! En eso la puerta se abrió mostrando la cara enojada de mi progenitor.

- se puede saber que están haciendo los dos solos aquí- dijo enfatizando su mirada en mi castaño novio.

- buenas noches señor- dijo sin inmutarse ¡como le hace!- lo que paso es que Joey se quemó con el escape de mi motocicleta, y como usted no estaba tuve que traerlo a su habitación y curarlo por mi mismo- y gracias a que la mirada de mi padre no se despegó ni un segundo de aquel a quien quería matar, no notó mi nerviosismo, que se esfumó justo cuando, gracias a la culpa infundada por las palabras de mi ingenioso e inteligentísimo novio de ojos azules y sexy espalda, se acercó de inmediato a mi preocupado- no se preocupe, con eso será suficiente, se curara solo- tragándose su orgullo y enojo, mi padre compuso su expresión y se dirigió a él.

- bueno, gracias por eso, pero es hora de que te vayas, es un poco tarde- le dijo lo más amable que pudo, Kaiba asintió y yo con una alivio más grande que Europa me despedí con la mano, no sé qué cara de idiota pondría cuando hice eso, pero mi padre carraspeo y apartó la mirada.

- nos vemos mañana- le dije, él me guiñó un ojo antes de sonreír e irse. Con esto ya eran dos veces que  me salvaba de mi ogro padre, y me dejaba como adolescente idiotizada.

- ya deja de poner esa cara que me das miedo- me dijo con algo de carmín en sus cachetes (valla que a sus peludos costados de la cara es imposible llamarles mejillas)- será mejor que vallamos a cenar- jeje me encanta cuando se pone incomodo por lo de “mi novio”. El levantarme de nuevo aquella punzada en mi trasero me hizo devolverme y exclamar un “auch”- ¿Qué pasa?- me dijo preocupado de nuevo. No lo arruines de nuevo Wheeler, tu pareja viene y se echa una super mentirota para salvarte el pellejo y tú lo arruinas, ¡vamos! Di algo bueno, ¡demuestra que eres digno de ser novio de tu novio!

- no nada, es que cuando me quemé me caí de sentón hasta el suelo, y el inteligente de tu hijo ni siquiera metió las manos- dije mientras me sobaba el dolor. ¡bingo! Por primera vez había acertado.

- es por eso que a los padres no nos gustan las motos- dijo negando con la cabeza mientras salía de la habitación- te traeré la cena- dijo antes de cerrar la puerta.

No lo puedo creer, por primera vez ¡fui capaz de cubrirme sin ser descubierto!

Tal vez no sea algo bueno el aprender a engañar, pero con tal de que la relación que tengo ahora con mi pingüino bastardo que tanto quiero no se vea afectada, estoy dispuesto a seguir haciéndolo…

Aun no puedo creer lo lejos que hemos llegado, todo desde sus inicios parece un sueño del cual no quiero ser despertado, no sé qué haré, mis problemas aun no terminan, solo porque no piense en ellos no van a desaparecer, pero de una cosa si estoy seguro: ya no puedo dejarlo ir.










CONTINUARA




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